La luz directa o reflejada del sol es especialmente intensa y peligrosa para tus ojos durante el verano. Sin embargo, no es la única amenaza para tu salud visual.
Las altas temperaturas típicas del verano hacen que aumente el uso de aires acondicionados, climatizadores y ventiladores. Si pasas muchas horas en ambientes cerrados, con estos aparatos en funcionamiento, podrás padecer el síndrome de ojo seco.
La sequedad del ambiente hace que haya más contaminación en el aire, aumentando el riesgo de padecer alergias en los ojos. El uso de gafas de sol, además de protegerte de los rayos solares, ayuda a preservarlos de los alérgenos en suspensión. El nuestro post sobre el cambio climático explicamos con más detalle cómo afecta a tus ojos la subida de las temperaturas.
El cloro de las piscinas produce irritaciones e infecciones oculares. Para protegerte de ellas te recomendamos el uso de gafas de natación y buceo, así como lavar los ojos con agua dulce después del baño y secarlos bien, preferiblemente con un pañuelo de papel o una toalla limpia, que no se comparta. Recuerda: la principal irritación se produce a la media hora de haber salido del agua.
La sal y las bacterias presentes en el agua del mar y de los ríos, también pueden irritar y producir conjuntivitis. Además de lavar los ojos después del baño con agua dulce y secarlos bien, te recomendamos no frotarlos; si tienes en las manos una pequeña partícula de arena, por ejemplo, la restregarás contra el ojo, pudiendo producirte heridas.
- Importante: el riesgo de problemas oculares aumenta entre los usuarios de lentes de contacto, que deberán lavarse bien las manos antes de manipularlas y limpiarlas con más frecuencia de lo habitual durante los meses de verano.
Vía: http://www.nosinmisgafas.info/blog/contenidos-interes/cuidado-ojos-verano
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