La gripe estacional es un virus muy frecuente en otoño e invierno, ya que sus probabilidades de contagio son mayores en ambientes fríos (por debajo de 5°C) y secos. Los síntomas más frecuentes de la gripe son fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, dolor muscular, irritación ocular, ojos llorosos y malestar general.

Lo más frecuente es que el virus de la gripe se transmita por vía aérea, a través de las gotitas que expulsa la persona infectada al hablar, toser o estornudar. Estas gotitas suspendidas en el aire, pueden infectar a otro introduciéndose en su organismo a través de la nariz, la garganta o los pulmones, principalmente y, también, al entrar en contacto con los ojos. Además, la gripe puede transmitirse por contacto directo y al tocar algún objeto infectado y, posteriormente, llevarse las manos a la boca, la nariz o los ojos.

El periodo de contagio de este virus abarca desde un día antes del comienzo de los síntomas, hasta 3 a 7 días después. En el caso de los niños, este periodo puede ser incluso más amplio.

Los síntomas de la gripe aparecen de 1 a 4 días después de haber sido contagiado. Lo más normal es que aparezca a los dos días.

Los ojos y la gripe ¿Existe relación?

La parte interna de los párpados y la superficie externa del globo ocular están cubiertas de una fina membrana, llamada conjuntiva, que tiene como misión mantener la correcta lubricación del ojo y protegerle de microbios y cuerpos extraños (polvo, polen, etc.). Aunque lo más habitual es que la gripe se transmita a través de las vías respiratorias, existe la posibilidad de contagio si el virus entra en contacto con la conjuntiva cuando, por ejemplo, te tocas los ojos con las manos infectadas.

Para mantenerte a salvo de la gripe estos meses, es importante que tengas en cuenta los siguientes consejos:

  • Lava tus manos a menudo. Lava tus manos con agua caliente y jabón durante unos 15-20 segundos. Esta acción contribuye a eliminar los gérmenes. Si no tienes posibilidad de usar agua, utiliza geles desinfectantes a base de alcohol.
  • Evita tocar tus ojos, nariz y boca. Los gérmenes pueden vivir durante durante dos horas o más, en superficies como picaportes, pupitres y mesas.
  • No compartas alimentos, vasos o cubiertos con nadie
  • Ventila bien las habitaciones para renovar el aire y evitar que el virus quede concentrado.
  • Protégete de la exposición a infecciones. Sigue las precauciones universales y usa los equipos de protección personal recomendados para tu actividad.

 

Si ya te has puesto malo, evita contagiar a las personas de tu entorno siguiendo estas sencillas pautas:

  • Cubre tu boca y nariz cuando estornudes o tosas. Utiliza pañuelos desechables y tíralos cuando estén usados. Tapa tu boca con las manos cuando tosas o estornudes si no tienes un pañuelo y, después, lávatelas.
  • Lava tus ojos y tu nariz con suero fisiológico; te ayudará a aliviar la congestión.
  • No salgas de casa salvo que sea estrictamente necesario. No entrar en contacto con otras personas es lo que más ayuda a evitar el contagio.
  • Mantén hábitos saludables. Duerme mucho, procura controlar tu estrés, bebe muchos líquidos y come alimentos saludables.
  • Recuerda que los analgésicos y/o antitérmicos pueden mejorar los síntomas pero no detienen el proceso.

Vía : http://www.nosinmisgafas.info/blog/salud-visual/ojos-gripe

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