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La vuelta al cole es un dolor de cabeza para muchos niños, en el sentido literal de la palabra. Aunque algunas veces, los pequeños se quejan de esta molestia con la intención de recuperar las vacaciones y evitar las clases, las cefaleas en la infancia nunca deben pasarse por alto.

Con el objetivo de averiguar si hay un nexo de unión entre los dolores de cabeza en niños y adolescentes y la vuelta al cole, la neuróloga Ann Pakalnis, del Nationwide Children’s Hospital y su equipo, han revisado 1300 visitas a urgencias realizadas entre 2010 a 2014 en dicho centro. Según sus conclusiones, cuando las visitas se agrupan por estaciones en el periodo otoñal se registra un aumento de dolores de cabeza en niños de 5 a 18 años. Tal y como declara la autora del estudio : “En el caso de los chicos, hemos visto muchos dolores de cabeza en niños de cinco a nueve años. Estas molestias tienden a mejorar en la adolescencia. En lo que respecta a las chicas, a menudo las migrañas hacen su aparición en la pubertad y, desafortunadamente, suelen mantenerse en la edad adulta”.

De acuerdo con sus datos, los dos tipos de dolores de cabeza observados con más frecuencia por los médicos son las cefaleas tensionales y las migrañas. Las migrañas son poco frecuentes en los niños pero, los que las padecen, experimentan un gran dolor por su causa. Las migrañas están generalmente asociadas con náuseas, vómitos y sensibilidad a la luz, el sonido y el olor. Las cefaleas tensionales, sin embargo, se manifiestan como una presión alrededor de la cabeza, que no impide a los niños continuar con su día normal a pesar de la incomodidad.

¿Cuáles son las causas de este aumento del dolor de cabeza?

De acuerdo con el equipo de Pakalnis el aumento de los dolores de cabeza del otoño puede atribuirse a una serie de factores:

  • Estrés académico
  • Nuevas rutinas
  • Actividades extraescolares
  • Falta de sueño
  • Peor alimentación (incluye saltarse comidas)
  • Mala hidratación
  • Exceso de cafeína
  • Falta de ejercicio
  • Tiempo prolongado delante de una pantalla

Estos resultados apoyan investigaciones previas de Pakalnis, confirmando que el estilo de vida influye en la aparición de los dolores de cabeza y migrañas y, también, que minimizar el estrés puede ayudar a disminuir el dolor de las migrañas y su frecuencia.

Según las conclusiones de Howard Jacobs, médico especialista en dolor de cabeza en Nationwide Children’s y profesor clínico asociado de pediatría en la Universidad Estatal de Ohio: “Si un móvil no se conecta adecuadamente, no carga y no funciona bien. Del mismo modo, si el cerebro no se conecta al suministro de energía, éste no funciona bien y causa dolores de cabeza”.

¿Cómo se puede prevenir el dolor de cabeza?

Jacobs sostiene que la mayoría de los dolores de cabeza se pueden prevenir haciendo tres comidas al día, durmiendo lo suficiente durante la noche (sin hacer siesta durante el día), bebiendo suficientes líquidos, y tratando de eliminar tensiones diarias en el niño. Los medicamentos para el dolor como el paracetamol o el ibuprofeno son útiles, pero pueden empeorar las molestias si se toman a menudo. Los padres deben trabajar con el médico de su hijo para ayudarle a gestionar y prevenir los dolores de cabeza. “Un dolor de cabeza intenso y repentino o un cambio en la sensación que puede calificarse de “nueva” o “peor”, debería ser evaluada. Si los dolores de cabeza están interfiriendo con la rutina normal de un niño, es hora de estudiarlos y de instaurar una terapia encaminada a devolver la normalidad a la vida del niño”, afirma el experto.

Y en lo que respecta a las pantallas… Algunas molestias como dolor de cabeza y/o cuello o picor de ojos pueden deberse al Síndrome Visual Informático. Cuando aparecen, es recomendable:

  • Limitar el tiempo de exposición ante una pantalla
  • Realizar una revisión visual para que un especialista determine la necesidad de poner gafas o cambiar la graduación
  • Usar lentes con filtros especiales para proteger sus ojos

Las lentes Crizal Prevencia Kids UV protegen los ojos de tu hijo contra los rayos UV y, además, impiden el paso del 20% de la luz azul-violeta nociva proveniente de las pantallas. Son hasta 12 veces más resistentes a roturas que una lente estándar, lo que le permite jugar o hacer deporte sin miedo a que se le rompan. Son prácticamente invulnerables a los arañazos, huellas, agua y polvo; proporcionándole la claridad de visión que se merece.

 

Vía : http://www.nosinmisgafas.info/blog/salud-visual/vuelta-cole-dolor-cabeza

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