GAFAS DE SOL, MUCHO MÁS QUE MODA. No todas las gafas de sol son iguales. Resulta imprescindible el asesoramiento de un óptico-optometrista que nos ayude a escoger el tipo de gafa de sol que se adapte a las necesidades de protección, niveles de radiación y los defectos visuales de cada persona.
Las radiaciones infrarrojas y ultravioleta son las más nocivas para nuestra salud visual. Se acumulan en las diferentes estructuras del ojo provocando irritaciones y enfermedades graves que pueden causar pérdida de visión e incluso ceguera. Al escoger una gafa de sol el factor de trasmisión y el color de los filtros deben ser seleccionados correctamente, ya que un filtro inadecuado puede ser perjudicial, porque dilata la pupila y permite que llegue radiación a la retina. Un color de lente muy oscuro no garantiza automáticamente que filtre correctamente la luz UV.
Utilizar gafas de sol no homologadas puede perjudicar seriamente la salud ocular de adultos y niños. Los ojos de los niños son más vulnerables a la radiación solar, ya que su cristalino absorbe hasta 6 veces más radiación UV que el de un adulto. ¡PROTÉGELOS!
GAFAS DE SOL POLARIZADAS. Las gafas de sol polarizadas son gafas con lentes especiales que diferencian entre los ángulos de luz horizontales y los verticales. La luz del sol no llega al ojo a través de una línea recta, sino desde todas las direcciones posibles. Una lente polarizada es una especie de filtro que bloquea la luz del sol que llega a los ojos de forma horizontal y permite el paso a la luz vertical.
Las gafas de sol polarizadas eliminan los reflejos y permiten una visión más nítida y clara de lo que nos rodea. Reducen los deslumbramientos y mejoran la visión: aumentan la claridad, la profundidad y la percepción de los colores. Además garantizan una mayor protección contra los rayos ultravioletas.
Las lentes polarizadas se recomiendan principalmente en la conducción (evitan los deslumbramientos), en el agua (disminuyen los reflejos y los colores se mantienen) y en la práctica de deportes al aire libre.
La adquisición de las gafas de sol en un establecimiento sanitario de óptica es una garantía de que las lentes cumplen todos los parámetros de seguridad y calidad.